Gigantes y cabezudos
En Llucmaçanes, Es Castell, Sant Lluis, Alaior, es Mercadal y Maó bailan estas icónicas figuras, llenas de entusiasmo, en un espectáculo callejero.
Los gigantes y cabezudos son una tradición popular celebrada en muchas fiestas de Menorca, sobretodo en los pueblos cercanos a Maó, incluso Es Mercadal. La tradición consiste en hacer desfilar gigantes y cabezudos bailando, animando y persiguiendo a la gente que acude a la las fiestas.
Se cuentan leyendas en las que los primeros habitantes de Menorca fueron gigantes y que, fueron ellos los creadores de los monumentos megalíticos de Menorca. A través de estas leyendas conocemos también que no solo construían, sino que también luchaban, incluso por el amor de una giganta.
Esos seres distintos que habitaban Menorca y sus leyendas, son los que han inspirado a los Gegants que recorren las calles de Menorca bailando una vez sonado el repique de las campanas, la mascletà o el anuncio de las fiestas, siempre acompañados por una banda de música o grupo de grallers. Cada uno de los gigantes, también los cabezudos, están inspirados personajes reales o de leyenda que se han convertido en el símbolo de las fiestas.
Orígenes
En Menorca, la tradición gegantera se celebra en los pueblos del este, donde los gigantes son una parte esencial de las festividades. En contraste, las poblaciones de Ferreries, Es Migjorn y Ciutadella no tienen parejas de gigantes, aunque a veces reciben visitas de otras localidades.
La primera noticia de la presencia de figuras de gigantes y cabezudos en Menorca data de 1900, cuando una compañía de zarzuela presentó en Maó el espectáculo «Gigantes y cabezudos».
La presencia de gigantes en las festividades patronales comenzó casi tres décadas más tarde. En 1929, el Ayuntamiento de Maó alquiló una pareja de gigantes y cuatro cabezudos de una casa en Barcelona.
En 1934, el Ayuntamiento compró su primera pareja de gigantes, que son los actuales Tomeu y Guida. A partir de entonces, los gigantes se convirtieron en una parte fundamental de las festividades patronales. Otros pueblos de la isla siguieron el ejemplo de Maó y empezaron a tener sus propias parejas de gigantes.
En la década de 1980 se produjo un gran auge de la cultura gegantera, incluyendo la participación de los gigantes de Maó en las fiestas de la Mercè en Barcelona y la primera reunión de gigantes de la isla en 1988. También se formaron las primeras collas de geganters en la década de 1990.
Los gigantes de hoy en día
En la mayoría de los pueblos de Menorca se organizaron grupos de gigantes para cuidar de sus respectivas figuras. Además de hacer que bailen, estas agrupaciones aprendieron a mantener físicamente las figuras, recuperaron instrumentos populares como el oboe y la gralla, y dotaron a cada grupo de su propia música con los grallers. Lo más sorprendente fue el entusiasmo y la dedicación altruista con la que estas asociaciones realizaron una tarea que, hace pocos años, era difícil de encontrar incluso para alguien que quisiera hacerla con remuneración.
A partir de los años noventa, llegaron nuevas figuras gigantes que aumentaron considerablemente la familia de gigantes menorquines. Entre ellas se encuentran en Quicus y na Quica, l’Avi Perico y s’Àvia Aguedet, creados para representar la villa de Llucmaçanes, la gigante S’Avia Corema de Maó y algunos gegantons, gigantes de tamaño más reducido, que hicieron comparsa con las figuras históricas en diferentes pueblos.
Gegants i capgrossos de Menorca
Los gigantes y cabezudos de las fiestas de Menorca representan una parte importante de la cultura popular de la isla. Cada uno de ellos tiene su propia historia y significado, y son adorados tanto por los niños como por los adultos.
Para los que los llevan y los hacen bailar, es un honor ser parte de la tradición y contribuir a mantener viva la cultura local.
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