Saltar al contenido principal

Orígenes

¿Cómo una peregrinación a caballo acabó siendo un Jaleo?

El origen histórico

Para conocer el origen debemos retroceder hasta 1287 para ubicarnos en la época de la conquista, y la repoblación, de Menorca por la corona catalano-aragonesa.

La conquista de Menorca

En 1287 Alfonso III (el Liberal) conquistó la isla, y pasó a manos de la corona catalano-aragonesa, la cual promovió la repoblación de la isla. Más tarde, y gracias al tratado de Agnani firmado en 1295, Menorca volvió a manos de Jaime II, rey del Reino de Mallorca y tío del rey Alfonso.

El origen religioso

Tras la conquista, la repoblación y la designación de la propiedad de la isla, se definió la división eclesiástica y la infraestructura religiosa.

El Pariatge

El 19 de marzo de 1301, se redactó otro documento importante para la sociedad menorquina. El Pariatge es el convenio entre el poder real y las autoridades religiosas para trazar la división eclesiástica de la isla, por el que se determinaba el porcentaje que debían recaudar las autoridades sobre los productos recogidos de la tierra (diezmo) y expresaba la intención de hacer participar la Iglesia en aquel derecho.

Con esa división eclesiástica que se hizo de la isla se fundaron siete parroquias, en torno a las que Jaime II pensaba consolidar los futuros núcleos urbanos de los pueblos de la isla. En aquellas parroquias los nuevos menorquines empezaron a celebrar las distintas fiestas cívico-religiosas que marcaban el calendario litúrgico.

El 30 de agosto de 1301 Jaime II de Mallorca otorgaba la Carta de Poblament (la Carta Puebla), éste documento que marcó el ordenamiento jurídico, económico, social, político y urbanístico para la isla definiendo los privilegios y franquicias de los habitantes de Menorca, es nuestra constitución menorquina.

Las parroquias y capillas

Con la división eclesiástica que se hizo de la isla se fundaron siete parroquias y 4 iglesias filiales dependientes de las parroquias.

Con el establecimiento del convenio del Partiatge se establecieron las 7 parroquias principales de la isla:

  • Santa María de Ciudadela
  • Sant Joan d’Artrutx (Sant Joan de Monastrell / Sant Joan de Missa Ciutadella)
  • Sant Bartomeu de Ferreries
  • Santa Creu de Lluriach * (Norte de Es Mercadal)
  • Santa Eulàlia de Alaior
  • Sant Llorenç de Binixems (Alaior)
  • Santa Maria de Maó

Y junto a ellas también se establecieron 4 iglesias filiales:

  • Capilla de Sant Narcís (Iglesia de Sant Martí)
  • Capilla de Curniola * (Norte de Ciutadella)
  • Capilla en Mussuptà (Iglesia de Sant Climent, Maó)
  • Capilla de Santa Salvador (Monestir Nostra Dona de El Toro)

* La ubicación exacta de la iglesia de Santa Creu de Lloriac y de la iglesia de Curniola (en la costa septentrional cerca de la punta de Fra Bernat en Ciutadella) es todavía, a fecha de hoy, desconocida. Los templos son fundados en 1301 con el Pariatge, pero se considera que su existencia fue efímera.

La estructura social

La sociedad estamental de la época distinguía entre el ciudadano, el campesino y el menestral, que tenían la responsabilidad de ocupar los cargos públicos a que les obligaba el su estamento. De aquí salían elegidos los jurados (concejales) que cada año se ocupaban de los asuntos del pueblo.

En la Menorca del pasado, cada persona pertenecía a un gremio según su profesión, los cuales eran regulados por una normativa y supervisados por las autoridades municipales y el gobernador de la isla. Cada gremio contaba con cargos directivos con funciones específicas: el sobrepuesto era el líder del gremio elegido por los jurados de la Universidad de una lista presentada por los maestros; los cajeros se encargaban de la parte administrativa, mientras que los prohombres resolvían cuestiones del gremio y los oyentes de cuentas intervenían en su gestión económica.

Además, uno o más gremios formaban cofradías religiosas que se encargaban de una capilla en las parroquias e iglesias, con su propia imagen procesional, estandarte y luminaria. En el domingo previo a la fiesta del patrón, los cajeros salían con el estandarte a recaudar fondos para la celebración, lo que dio origen a las fiestas tradicionales en diferentes pueblos de Menorca.

Las obrerías y los caixers

Durante seis siglos, las universidades en Menorca nombraron las obras necesarias y la mayoría de sus miembros pertenecían al colectivo de agricultores. Estos formaban comisiones encargadas de instituciones religiosas, sociales y benéficas conocidas como obrerías. Cada obrería contaba con un número variable de cajeros que administraban los bienes y organizaban la fiesta en honor al patrón.

La obrería de Sant Joan d’Artrutx aparece ya documentada en el año 1399, sus funciones eran las de honrar a su patrón Sant Joan Baptista y velar por el bienestar de su templo. Estas antiguas obrerías son las que hoy conocemos como las Juntes de Caixers, encargadas también de establecer los protocolos de las fiestas, conjuntamente con los consistorios, y se encargan del correcto suceder de las fiestas.

Los cajeros se encargaban de la ornamentación de la iglesia para la misa mayor, anunciaban la fiesta una semana antes y recaudaban fondos entre el pueblo para pagar los gastos de la celebración. En ocasiones, la recaudación no era suficiente y se solicitaba ayuda a la Universidad.

Los caballos

Del mismo modo, y por el contexto de la ubicación de las parroquias principales y del entorno rural de la Menorca de esa época, es aceptado que el caballo era utilizado para desplazarse a éstas localizaciones. Tanto las parroquias de Sant Joan d’Artrutx (Ciutadella), Sant Llorenç de Binixems (Alaior) y Santa Creu de Lluriach (Es Mercadal), como las filiales en Curniola (Ciutadella), Mussuptà (Sant Climent en Maó), Sant Narcís (Mercado en el actual Es Mercadal) y Santa Salvador (El Toro) requerían de un largo desplazamiento de horas a pie o caballo para realizar la congregación de aquellos fieles en torno a la celebración de la misa del patrón o la patrona.

La música y el baile

A lo largo de los siglos, los cajeros de las obrerías se encargaron de organizar y financiar las festividades mayores en Menorca. Además de la fiesta religiosa, se celebraban corridas de caballos y un baile encantado. El lunes siguiente a la fiesta, los cajeros liquidaban los gastos y pedían ayuda a la Universidad si había deudas. La Universidad de Menorca tuvo un papel crucial en la organización y financiación de estas festividades, que evolucionaron a lo largo del tiempo y se convirtieron en una parte importante de la cultura de la isla.

Ya en el final de la época medieval y entrados en la época moderna, la fiesta se solía desarrollar en un sábado o víspera de la fiesta con completas y un baile subastado públicamente. El día de la fiesta se celebraba una misa cantada, corridas de caballos en el coso y el baile encantado para terminar la fiesta. El lunes siguiente, los cajeros liquidaban los gastos de la organización de la fiesta y, si había deudas, pedían ayuda a la Universidad.

El baile encantado, organizado por los ayuntamientos, era el evento principal de la víspera de la fiesta. El día de la fiesta, después de la misa cantada, los espectadores acudían a las carreras y corridas de caballos en el coso. Al finalizar la fiesta, el lunes siguiente, los cajeros pasaban cuentas y liquidaban los gastos. Si había alguna deuda, se pedía ayuda a la Universidad para cubrirla. La Universidad de Menorca tuvo un papel fundamental en la organización y financiación de las fiestas tradicionales, que evolucionaron a lo largo del tiempo y se convirtieron en una parte importante de la cultura de la isla.

Contexto de estudio y debate

¿Existe debate sobre el origen de las fiestas de Menorca? Si, algunos historiadores y estudiosos no se ponen de acuerdo en datar e identificar el origen de las fiestas, el motivo es la falta de fuentes fiables. Se considera que muchas de ellas se perdieron en 1558, durante la invasión otomana que sufrió Menorca y principalmente Ciutadella.

Muchas líneas de estudio e investigación requieren poder conocer las fechas de construcción de los templos, la estructura social, la distribución geográfica, la participación y congregación de aquella sociedad en torno a las fechas festivas, el contexto social y rural son motivo de debate debido a la falta de fuentes.

Por otro lado, es unánime el consenso de indicar que las fiestas tradicionales de Menorca tienen un origen religioso. Pero del mismo modo que resulta complejo datar, también lo es poder definir las actividades que realizaban en torno a las primeras celebraciones religiosas.